LA PENINSULA DENTRO DE LA PENINSULA

Pasado el cementerio llegamos al icono de la ciudad: La Torre de Hércules, Patrimonio Mundial, faro más antiguo del mundo en funcionamiento. Allí te empaparás de la historia en el museo que acogen sus cimientos romanos. En el exterior te aconsejamos disfrutar del conjunto escultórico de sus alrededores. No podrá faltar una foto desde las alturas, en la cima del coloso del Siglo I, con vistas a la península de la Torre.

Continuando la ruta marina llegaremos al Aquarium Finisterrae, uno de los museos científicos más visitados que permite una fantástica "inmersión" en la biología marina, la oceanografía y el mar en general. Y hablando de museos científicos, a pocos metros, se encuentra la Domus o Casa del Hombre, el primer museo interactivo en el mundo dedicado de forma monográfica al ser humano.

Próxima al museo encontrarás la Fuente de los Surfistas, que te dará la bienvenida al tramo de la bahía occidental de la ciudad. Ahí se hallan los imponentes arenales de Orzán y Riazor. La Coraza será una parada obligada para que inmortalices el momento. Y del famoso rompeolas, al Estadio de Riazor, templo de fútbol coruñés.

Retomando el paseo a orillas del mar alcanzarás el Obelisco Millenium, levantado para recibir al siglo XXI. De 46 metros de altura, esta escultura exenta está decorada con vidrios tallados que narran los principales eventos históricos de la ciudad.

EL MEJOR MIRADOR DE LA CIUDAD

A pocos metros accederás a los pies del Monte San Pedro, donde te espera el ascensor en forma de globo de cristal que te llevará a la cima de uno de los grandes parques coruñeses. Antiguo baluarte defensivo, San Pedro es un espectacular mirador con extensas zonas verdes y acantilados atlánticos en el que te espera una grata sorpresa culinaria. Y es que allí te toparás con el Árbore da Veira, restaurante con Estrella Michelín desde el que podrás admirar los encantos de A Coruña degustando platos de alta cocina elaborados a partir de los mejores productos atlánticos.

El ascensor te dejará de nuevo en la senda. Tras caminar unos metros tropezarás con un pulpo gigante sobre las arcadas de la balaustrada. Obra de Javier M. Padín, el cefalópodo fue construido con hormigón armado y recubierto de piezas de cerámica de colores que cambian de tonalidad según le den los rayos del sol. No podrás pasar de largo sin reposar sobre sus tentáculos.

EL FIN DEL CAMINO

La siguiente etapa de la ruta es ineludible. Desde la barandilla podrás observar el archipiélago de las Islas de San Pedro, cuatro islotes protegidos donde habitan moluscos y anidan aves migratorias. En las rocas cercanas podrás contemplar una de las artes pesqueras más emocionantes y peligrosas del mundo. Los percebeiros se afanan con sus manos a los salientes rocosos, en pleno oleaje, para coger uno de los mariscos más codiciados. Un auténtico espectáculo.

En tu etapa final, accederás al Portiño, un pequeño puerto marinero con un encanto especial y que, además, tiene una de las mejores puestas de sol del litoral coruñés. Aprovecha para disfrutar del espectáculo natural del ocaso en compañía de una buena cerveza, pues en ese mismo lugar encontrarás el Tita Rivera, local de moda gestionado por Estrella Galicia.

Más de trece kilómetros de historia, arte, naturaleza y encanto. Ese es nuestro paseo marítimo que te acogerá con los brazos abiertos. No te defraudará.