En esta localización se encontraba la farmacia de Gumersindo Pardo Reguera, que era además pintor y el padre del mejor amigo de Picasso, Antonio.
El niño andaluz acudía todos los días a recogerlo, y aprovechaba para ver las nuevas obras de Gumersindo, con el que el niño compartió varios modelos, como Pérez Costales o "La muchacha de los pies descalzos". Hoy día, sigue habiendo una botica en esta ubicación.