¿Qué es?
Prescrito y utilizado adecuadamente, un psicofármaco permite atenuar o eliminar diversas formas de sufrimiento psíquico: ansiedad, depresión, enfermedad maníacodepresiva, tratornos delirantes... Un psicofármaco debe ser prescrito por un médico
Un gran número de personas utilizan, con o sin prescripción, medicamentos para afrontar los trastornos provocados por sus dificultades cotidianas.
Del mismo modo que en el caso del alcohol o del tabaco, un consumo excesivo de psicofármacos por parte del padre/madre puede influir negativamente sobre los consumos de los/as hijos/as.
Los efectos de los psicofármacos varían según su composición química, las dosis administadas y la sensibilidad individual del paciente.
Asociar este tipo de medicamentos a otras sustancias psicoactivas conlleva importantes riesgos, sobre todo porque los efectos de ciertas interacciones no son totalmente conocidos. La mezcla con alcohol, por ejemplo, potencia o anula los efectos de cada una de las sustancias absorbidas.
Efectos
Los efectos de un psicofármaco difieren según la categoría a la que pertenecen:
Las benzodiacepinas , ansiolíticos o hipnóticos, son psicofármacos prescritos para calmar las manifestaciones de angustia o ansiedad, por sus cualidades sedantes y para facilitar la relajación muscular.
Pueden ocasionar pérdida de la memoria respecto a los hechos recientes, disminución del estado de alerta, somnolencia, disminución de los reflejos...
Riesgos
Las benzodiacepinas pueden generar dependencia física y psíquica, favorecidas por la duración del tratamiento, la dosis administrada , los antecedentes de otras dependencias y la asociación con el alcohol (aumenta su efecto sedante).La dependencia física y psíquica se traduce, cuando se interrumpe bruscamente el tratamiento, en un fenómeno de privación, siendo los principales síntomas de abstinencia el insomnio, los dolores musculares, la ansiedad, la irritabilidad y la agitación. La retirada progresiva del fármaco evita estos trastornos.
Aunque algunos fármacos psicoactivos no generan dependencia física, sí pueden producir dependencia psíquica, dependiendo de cada individuo y cada sustancia. Cuando se altera o aumenta el consumo de un psicofármaco al margen de la prescripción médica, puede aparecer una situación de dependencia psicofarmacológica. Aquí se incluyen: psicotrópicos, opiáceos, barbitúricos, anfetaminas, benzodiacepinas.
Existen tres tipos de dependencia psicofarmacológica:
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