¿Qué es?
El tabaco es un producto vegetal obtenido de la planta nicotiana originaria de América; en la actualidad, está formado por hojas de varias plantas del género, en concreto nicotiana tabacum. Se comercializa legalmente en todo el mundo, aunque tiene numerosas restricciones para ser fumada en muchos países, ya que produce efectos negativos para la salud pública.
La Organización mundial de la salud califica al tabaco como una droga puesto que es una sustancia que al introducirse en el organismo altera el sistema nervioso central del individuo y además es susceptible de crear dependencia, ya sea física o psicológica.
Se trata de una droga cuyo consumo, desde el punto de vista cultural y social, ha sido durante mucho tiempo aceptado e integrado en los usos cotidianos sin que suscitase ningún conflicto, asociándose generalmente el fenómeno de las drogas a sustancias determinadas como la heroína o la cocaína.
Los cigarrillos contienen más de 4.000 elementos químicos, y al menos 400 sustancias con efectos carcinógenos. Mientras se fuma, el cigarrillo arde a 700 grados centígrados en la punta y a unos 60 en su interior; este calor descompone el tabaco, que produce numerosos venenos. Mientras un cigarrillo se quema, se van concentrando los residuos al final del mismo.
Los productos del cigarrillo más dañinos para la salud son el alquitrán, el monóxido de carbono y la nicotina, así como ciertos componentes del gas y partículas que favorecen la aparición de enfermedades pulmonares.
La intensidad de los efectos no depende sólo del número de cigarrillo, sino también de cómo han sido elaborados (con o sin filtro) y la preparación previa del tabaco. El "humo accesorio" que sale de un cigarrillo entre calada y calada conlleva mayores riesgos que el humo directamente inhalado.
Efectos
El tabaco es un estimulante del sistema nervioso central y produce un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria. La investigación ha demostrado que el tabaco reduce el promedio de la expectativa de vida entre siete y ocho años. A través del humo se incorporan los distintos elementos contenidos en el tabaco.
La nicotina produce un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria. Los efectos que observan los fumadores, mayor concentración, relajación, son en realidad una reversión de la abstinencia. Puesto que la nicotina provoca in síndrome de abstinencia bien definido caracterizado por malestar general, estado anímico depresivo, irritabilidad, insomnio, ansiedad, inquietud, dificultad de concentración y aumento del apetito.
Así mismo, potencia los efectos por exposición a ciertos tóxicos como el plomo, el benceno o el mercurio. Provoca alteraciones en el olfato, gusto y también en la memoria y en el estado de vigilancia.
Al fumar un cigarrillo se produce una elevación del ritmo cardíaco, de la frecuencia respiratoria y la tensión arterial, lo que produce un aumento del tono del organismo.
Al inhalar el humo, la nicotina actúa en el cerebro de forma casi inmediata produciendo una acción recompensante para el sujeto; la reiterada práctica de esta conducta termina por consolidarse en la conducta del fumador.
Fumar produce mal aliento, amarillea los dientes e impregna manos y ropa de mal olor.
Riesgos
El tabaquismo es considerado en la actualidad como la principal causa previsible de enfermedad y muerte prematura.
De los múltiples riesgos sanitarios demostrados, podemos resaltar los siguientes:
Fumar es un hábito que se ha reconocido perjudicial también para la columna. Existen estudios que demuestran que la incidencia del dolor de espalda y de los problemas discales es muchísimo más elevada en los fumadores que en los fumadores. Este fenómeno está relacionado con la nutrición de los tejidos: el tabaco es un vasoconstrictor que no favorece la llegada de la sangre y, por tanto, la nutrición del disco invertebral., que se ve obligado a realizar un trabajo enorme, sometido a tensiones y presiones. Su mayor o menor resistencia ante dichas presiones determinará que se estropee antes o después en cada individuo.
Su incidencia en el ámbito laboral también es muy importante: el tabaco puede ser la causa de accidentes como incendios, explosiones... en especial cuando se trabaja con sustancias volátiles. Además, las alteraciones en algunos sentidos, como el olfato, aumentan el riesgo de accidentes, sobre todo cuando se manejan sustancias peligrosas a las que se les añaden productos odorantes para su detección.
Fumadores pasivos
Niños
Los bebés que nacen de madres fumadoras:
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