Corriendo por la Torre

Puedes aprovechar el momento para para hacer un descanso y visitar estos museos científicos antes de retomar la carrera hasta la Torre de Hércules, el faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo. Admira el coloso milenario desde distintos puntos de vista mientras reduces la velocidad.

Muchos corredores utilizan la rampa de subida al monumento como final de etapa, pero si continuas con ganas de seguir gastando la suela de tus zapatillas, dirígete hacia el Castillo de San Antón, sede del museo arqueológico, para disfrutar de la otra cara de la península herculina. Allí encontrarás el dique de abrigo, con una longitud de casi 1.400 metros y que durante décadas se ha convertido en una de las pistas de entrenamiento más transitadas por los visitantes. Es el momento de que acompañes a los navíos que salen de su atraque en el Puerto para salir a mar abierto. Sin salir de tu carril podrás admirar ese momento. Te aconsejamos que lo hagas durante el ocaso, cuando el sol se despide de la bahía herculina.

Si eres un verdadero profesional y estás a costumbrado a batir marcas, probarás sin duda la ruta que rodea por completo la península, desde Oza hasta la playa de Bens. Un recorrido de cerca de 20 kilómetros, una media maratón como las que disputan los profesionales habitualmente en nuestra ciudad.

Rutas cortas,  verdes y sostenibles

Otro de los encantos de la ciudad son sus extensas zonas verdes, plagadas de rutas y senderos, aptos para la práctica del running. Se trata de rutas sin pavimentos, en las que todo es verde. Es un terreno más blando y mucho más saludable para el aparato locomotor. El parque de San Pedro, San Diego, Bens, Santa Margarita o el propio entorno de la Torre de Hércules cuentan con decenas de kilómetros de pistas rodeadas de especies arbóreas únicas y piezas escultóricas que resultan especialmente motivadoras.  De hecho, disfrutaras de entornos medioambientales protegidos en los que estarás acompañado únicamente por el sonido de las aves migratorias o el rugido del Atlántico que se deja escuchar por toda la península.

El paseo de Oza no se queda atrás. Desde su muelle existe una ruta de pocos kilómetros que se puede combinar con las instalaciones de calistenia al borde de su arenal.

Calzadas urbanas

La nueva estrategia de movilidad de la ciudad permite a los corredores disfrutar de rutas plenamente urbanas entre calles y avenidas emblemáticas y edificios modernistas. Muchas de ellas se cierran al tráfico rodado durante todo el día permitiendo la circulación de peones y bicicletas, hecho que aprovechan los runners para diseñar sus rutas por el interior de la urbe. La ronda peatonal o San Andrés, que cierran el paso de vehículos todos los fines de semana, son buenas oportunidades para pisar el centro urbano.

No te olvides de las zapatillas en tu maleta y anímate a conocer todos los rincones de A Coruña de una forma saludable. Cálzate, ponte cómodo, sport, y sal a correr. Descubrirás de una forma diferente la ciudad de cristal.