Ayuntamiento de A Coruña

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Camino por mar

Desde el siglo XIII eran muchos quienes optaban por hacer el peregrinaje del Camino por mar. Entre aquellos que se echaban a navegar, la mayoría llegaba de Inglaterra, dando nombre a la ruta: Camino Inglés, la única ruta jacobea en Europa por mar.

La tradición vincula también al apóstol con las rutas marítimas. Los discípulos del propio Santiago el Mayor trajeron su cuerpo en una nave para enterrarlo en Galicia, considerada por los romanos como el fin del mundo.

La unión entre el mar y el Camino se extiende hasta el propio símbolo del peregrinaje, la concha de la vieira, que protege y acoge a los peregrinos. Esta imagen se puede observar también en el escudo de A Coruña, en el que siete vieiras rodean la Torre de Hércules.

La iglesia de Santiago y la de San Jorge

Una vez llegados a puerto, la primera parada era la iglesia de Santiago Apóstol, situada junto al Parrote. Esta es la más antigua de la ciudad, construida en el siglo XII con afanes jacobeos por orden del rey Alfonso IX. Allí los peregrinos abrazaban la imagen del apóstol, aliviados al conseguir llegar a tierra firme.

Sin embargo, en época medieval muchos de los peregrinos ingleses escogían empezar la ruta en la iglesia de San Jorge, que se situaba en el espacio que hoy en día ocupa el Teatro Rosalía. El motivo era que San Jorge era el patrón de Inglaterra.

De peregrinos a enemigos

En el siglo XVI, las buenas relaciones entre gallegos e ingleses cambiaron tras el ataque del británico Francis Drake a la ciudad.

La lucha que desencadenó supuso la pérdida de emblemáticos edificios como los conventos e iglesias de San Francisco y Santo Domingo, paradas en el camino de los peregrinos. La resistencia coruñesa, que venció a Drake, sirvió para proteger Santiago de Compostela y su catedral.

Símbolo inédito del jacobeo

Otro de los edificios que se perdió en el ataque de Drake fue el hospital de peregrinos de San Andrés. Sobre sus ruinas se construiría la iglesia de San Andrés, que en su exterior cuenta con un cruceiro que esconde un tesoro jacobeo. Sus relieves en la parte baja representan cinco bastones o bordones, que habitualmente se representan junto a peregrinos, pero aquí aparecen solos.

Los otros nombres de A Coruña

Al puerto coruñés llegaban peregrinos procedentes de diversos países, con su correspodiente forma de denominar a nuestra ciudad. A Coruña se conocía como Pharum, Phare o Far, antes de que la Torre de Hércules tomara el nombre de la leyenda.

En época medieval también era frecuente ver variaciones de A Coruña, tales como: La Coulongne, La Crunhe, La Groyne, La Grune, Clunya, Crunna, Corunna, Coromha, Corund, Lagrunje, Grwne, Grunn, Kron, Kronen, etc. Uno de los topónimos más llamativos es el de Finster Stern "Estrella Oscura o Tenebrosa", utilizado por los germanos para referirse a Fisterra, la tierra de la última luz.

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