A finales del año pasado la revista Science escogió al Telescopio Espacial James Webb como el avance científico del 2022. Este proyecto, liderado por la NASA y con la colaboración de las agencias espaciales europea y canadiense, comenzó a capturar el pasado verano espectaculares instantáneas de gran interés científico.

En comparación con su predecesor, el Telescopio Espacial Hubble, el espejo principal del James Webb, recubierto de oro, tiene siete veces más superficie, lo que le permite detectar objetos mucho más débiles y obtener mucha más resolución en las imágenes. Además, dispone de instrumentos optimizados para captar la radiación infrarroja que desprenden los objetos del cielo. De esta manera, puede escrutar mucho más lejos y, por lo tanto, acceder a eventos más remotos en el tiempo, como, por ejemplo, el nacimiento de las primeras estrellas y galaxias. 

Ahora, la Casa de las Ciencias presenta en su planta baja una colección de nueve de esas extraordinarias imágenes en las que se puede observar, por ejemplo, el nacimiento de una estrella en el centro de una nube de gas y polvo con forma de reloj de arena; una perspectiva de Júpiter en la que se aprecian sus características franjas horizontales, sus anillos o sus satélites; el borde de la nebulosa de Carina, que recuerda un paisaje montañoso bajo el cielo nocturno; o la galaxia del Abanico, con una extraordinaria definición de sus brazos espirales.