La tradición del tapeo (y la sesión vermut)

Hay un plan que nunca falla y que siempre apetece, y es irse de tapas. Esa magnífica costumbre de querer probar muchas opciones en pequeños bocados, de local en local y en buena compañía, y que en A Coruña tiene a una gran aliada.

El culto a la tapa se practica en cada barrio y es uno de los manjares más típicos de nuestra gastronomía, presente tanto en modernos establecimientos como en bares de toda la vida.

Esta arraigada tradición del tapeo alcanza su máxima expresión en otoño, con la celebración del Concurso de Tapas Picadillo, el más antiguo de Galicia. Cada año decenas de establecimientos coruñeses compiten y muestran sus mejores creaciones, tanto tradicionales como creativas, con el producto gallego y de cercanía como protagonista. Una oportunidad única para saborear las propuestas más clásicas junto con otras dotadas de una buena dosis de imaginación y en las que, además de los ingredientes de siempre, hay lugar para espumas, nuevas técnicas o fusiones.

Pero si hay algo que se disfruta sobremanera en A Coruña es el momento del aperitivo cada fin de semana. Que en terraza sabe a aceitunas y patatas fritas Bonilla, siempre Bonilla, exquisitas y toda una institución en la ciudad. Y que en su versión más clásica sabe a vermut rojo, blanco, o mezclado, a cerveza o a un buen vino, y a tapas de callos, ensaladilla o tortilla. Aunque tampoco faltan las croquetas, las gildas, los guisos, embutidos y quesos. En muchas ocasiones de cortesía, gratuitas, servidas como acompañamiento de la bebida.

En los vermuts se imponen cada vez más los artesanos gallegos como Petroni, Lodeiros o Nordesía; en cuestión de cervezas no puede faltar la coruñesa Estrella Galicia, y en cuanto al vino cualquiera de las D.O. gallegas aportan el maridaje perfecto.

Largas y animadas sesiones vermut que abren el apetito y que muchas veces son amenizadas con música en directo de bandas y artistas locales.

Las tradicionales calles de los vinos

Ellas son el corazón de la ciudad. Recuerda bien sus nombres porque en tu visita a A Coruña pasarás mucho tiempo en ellas: Calle de la Estrella, Calle Olmos, Calle Galera y Calle de la Barrera, sin olvidarnos de la Franja o Torreiro, y llegando incluso a la Plaza de la Leña, conforman el núcleo gastronómico herculino.

En ellas encontrarás un sinfín de bares, tabernas, vinotecas y restaurantes en los que tomarte un blanco o un tinto, o también un vermú o cerveza combinados siempre de tapas, raciones y platos para hacer disfrutar el paladar.

La tarde-noche de los fines de semana o las mañanas de domingos encontrarás en estas calles un ambiente de los que alegran un viaje (y la vida).