De todas las estaciones construidas hasta ese momento la Estación de Autobuses fue considerada una de las más avanzadas porque en su ejecución se aplicaron las técnicas más modernas de la época, lo que unido a su buena ubicación permitió lograr un conjunto arquitectónico sumanente armónico y funcional. La construcción comprende tres secciones diferenciadas por sus características y usos; las obras generales, el edificio de viajeros y la dársena de autobuses. En los reportajes de esa época se describe el funcionamiento de la estación de la siguiente manera:

Los viajeros entran a la estación por el vestíbulo principal, al que llegan por el patio de viajeros contiguo a la calle de Caballeros, encontrándose en aquél las taquillas, información, teléfonos, aseos, librería y estanco, teniendo acceso directo a la cafetería, restaurante y oficinas de empresa, así como a las peluquerías. Con similar recorrido, pero en sentido inverso, y totalmente independiente del anterior, el viajero que llega asciende hasta el vestíbulo interior, donde retira su equipaje y sale al patio de viajeros por puertas independientes de las de llegada.

Los equipajes de viajeros, entregados en el vestíbulo interior, se llevan en montacargas a la planta inferior; aquí se clasifican y luego en carretillas mecánicas se transportan a la plataforma superior de la dársena de salida, desde donde directamente se cargan, bien en la baca superior del autobús, o bien, por montacargas, bajan al andén para su embarque. Inversamente, los equipajes de llegada se cargan en carretillas en el andén, elevándose por montacargas a la plataforma superior, o bien desde la baca mediante carretillas. Desde esta plataforma pasan a la oficina de clasificación, de la que por montacargas se suben a la planta del vestíbulo interior, precediéndose a su entrega al viajero.

Los autobuses entran o salen de la estación por la Avda. de Fernández Latorre. El autobús que llega, una vez estacionado en su dársena y descargado de viajeros, mercancías y equipajes, pasa a la dársena de salida, si su marcha es inmediata, o bien se estaciona en los aparcamientos, cubiertos o descubiertos, previstos para ello dentro del recinto de la estación. El autobús que sale, previamente se ha estacionado en la dársena de salida para cargue de viajeros y mercancías. Las dársenas a ocupar por cada autobús es fijada por megafonía desde la oficina de control. La circulación de ios autobuses dentro del patio de estacionamiento se efectúa sin que se produzcan interferencias entre las llegadas y salidas.

La evolución de los medios de transporte y el paso de los años, aún manteniendo su fisonomía hace que la Estación de Autobuses ha sufrido cambios, incorporando nuevos usos no previstos cuando se construyó.

La construcción de una gran puerta de entrada y salida en el centro de la fachada principal es lo más destacable visualmente. Además se ha renovado el pavimento de la dársena de autobuses y demás zonas constructivas.

En las instalaciones de la estación se renovaron los servicios y usos. Se mantiene la gestión de viajeros y viajes interurbanos, la gestión de locales concesionales, la facturación de mercancías y las relaciones con las empresas transportistas.

El desarrollo de la movilidad como factor fundamental en el desarrollo urbano ha motivado que en las instalaciones de la Estación se haya ubicado la Sala de Control de Tráfico de la Ciudad, el Servicio Municipal de Movilidad y la Tarjeta Millennium Coruña. La desaparición de la cafetería ha permitido que sus locales sean ocupados actualmente por el Servicio Municipal de Rehabilitación y Vivienda.

Tras 45 Años de historia en la Estación de Autobuses se siguen realizando diariamente 800 expediciones de transporte de viajeros. Los fines de semana las expediciones bajan a 400.

La próxima construcción de la Estación Intermodal en los terrenos de la estación del tren condicionará el futuro de la parcela y edificio de la que fue considerada en su día como la mejor "Estación de Autobuses de España".